A oficina de hoy han cambiado su imagen. Parece que se ha vuelto un poco más casual. Muchas personas están trabajando menos en la oficina y más de sus casas.

Ahora podemos estar conectados a la oficina desde casi cualquier lugar, pero la pregunta surgió, ¿de qué color debo pintar mi oficina para hacerme la más productiva?

Azul

si usted investiga “el color productivo de la oficina” usted conseguirá la respuesta azul. El azul es el color perfecto si en tu trabajo necesitas estimular tu mente.

El color azul estimulará tu mente y te ayudará a ser más productivo. El azul es un color frío; un color naranja o amarillo de color ofrecerá un poco de calidez y emoción.

Amarillo

si su trabajo es más creativo, tal vez un estilista, un diseñador o inventor azul probablemente no va a ser la elección de color adecuado para usted.

Amarillo puede ser una mejor opción, ya que estimulará su ser interior, poniendo de relieve su lado creativo.

Se necesita fortaleza y corazón para ser creativo. Usted estará mejor inspirado con nuevas ideas y conceptos si usted está rodeado de una sombra lúdica y feliz de amarillo.

Rojo

el rojo es tu color si quieres ser más productivo haciendo algo físico, porque te estimula físicamente, pero si tienes un ambiente de trabajo muy estresante, puede que no sea una buena opción, ya que puede estimular tu ritmo cardíaco y aumentar la presión arterial.

El color rojo está conectado a palabras como vigor, energía y ambición.

Verde

si en su entorno de trabajo necesita un fuerte sentido del equilibrio, entonces el verde puede ser el color que le hace más productivo, ya que es un color equilibrado, calmante y tranquilizador.

El verde es el color que nuestro ojo ve más que cualquier otro color.

Es un gran color para ir a la persona en la oficina que consigue el trabajo hecho.

Las personas que gustan de verde por lo general son estables, equilibradas y calificadas de cálidas y accesibles.

Entonces, ¿con qué color debe ir?

Para averiguar qué color para pintar su oficina, pregúntese qué funcionará mejor en su situación al decidir si desea afectar su mente (familia azul), sus emociones (familia amarilla), su cuerpo (familia roja) o su equilibrio (familia verde).   Acabamos de hablar de la ciencia y la psicología del color, pero el otro factor en la elección de un color y en mi opinión, lo más importante es que las opciones de color son muy personales.

Sabes los colores que amas y cómo te hacen sentir. Elija algo que le haga sentir productivo.

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Es muy frecuente encontrarnos cada vez más con empresas que preocupadas por la mejor integración de los millennials con el resto de trabajadores de su plantilla. ¿Es tu compañía una de ellas?

Si no es así, quizás debería replanteárselo, ya que suponen un valor añadido para tu compañía y, en consecuencia, para los resultados de tu empresa.

A continuación vamos a mostrarte los 5 motivos fundamentales por los cuales es muy importante que se cuide el encaje de estos jóvenes en tu plantilla.

LOS 5 MOTIVOS MÁS IMPORTANTES POR LOS CUALES DEBERÍA HABER JÓVENES MILLENNIALS EN TU EMPRESA

1.Tienen mucho ingenio y altas capacidades. Están bien formados y aprenden rápido

Si en algo se diferencian los jóvenes de hoy en día de los de antes es que hoy hay un nivel educativo mucho más alto.

También, debido a la crisis, nos encontramos con jóvenes profesionales que tienen un amplio bagaje de conocimientos y experiencia.
No siempre en el área en la que se han formado, porque también son conscientes de la importancia de conocer diferentes trabajos o funciones. En general, son muy activos e intentan apañárselas solos.

2.Serán (o ya lo son) tus clientes

No necesariamente hoy, pero dentro de unos años si. Es por ello que es muy importante que conozcas de primera mano cómo piensa esta generación, qué inquietudes tiene, qué valora y qué no.

Las grandes empresas ya lo están haciendo. Cada vez incorporan estudiantes más jóvenes, para que así su estrategia esté orientada a los futuros clientes. ¿Quién va a conocer mejor a los clientes que su propia generación?

3.Son inconformistas con ellos mismos y lo trasladan a su empresa. Son ambiciosos

Implicarse de forma plena es otra de las características por las que se definen. Aunque son conscientes de que su tarea o las funciones desempeñadas son solo una pequeña parte, también saben que forma parte de algo más grande, y es por ello que son capaces de tener una visión global del conjunto del proyecto.
Entienden que su trabajo es una pieza más de todo el engranaje, sin el cual este no funcionaría.

4.No solo les preocupa el dinero. Quieren formarse, aprender y sentirse identificados con unos valores

No creas que el salario no importa; también tiene una gran relevancia para los más jóvenes. Sin embargo, los millennials también consideran que la posibilidad de formarse dentro de la propia compañía es de gran importancia.

Los valores de la misma empresa y la filosofía de trabajo no son aspectos menores. Para la mayoría, el compromiso con el medio ambiente y su propia responsabilidad social, son factores determinantes a la hora de valorar si formar parte o no de la compañía.

5.Valoran el trabajo honrado, la libertad y la transparencia

Si quieres ganarte la confianza de este tipo de empleados y que logren sus mejores resultados, tendrás que hacerlos partícipes del proyecto. De esta forma su implicación será mayor, ya que valoran muy positivamente la transparencia en las empresas.

Sin embargo, el punto determinante quizás sea este: la flexibilidad. No creen que sea posible la cooperación total si no disponen depolíticas de conciliación. Y es que aunque no tengan hijos, sí que tienen responsabilidades y compromisos fuera del lugar del trabajo.

¿Todavía sigues pensando que en tu compañía no debería haber jóvenes talentosos como estos?

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  1. Está vieja

    Así, como dato general. Y más que una señal, es una muestra clara. Si los tapizados de los sofás están estropeados y desgastados, si el material de la estructura de sus patas se está despegando o si el interruptor de la lámpara ya no funciona correctamente, claramente tienes que cambiar tus muebles.

  2. No es ergonómica

    Es probable que nadie pase más de 3 horas sentado en el sofá de tu sala de espera, pero eso no justifica que tus sofás sean cutres, ni mucho menos, incómodos. No deberías equipar tu sala de espera o recepción (que muchas veces es tu carta de presentación) con sofás que tengan un asiento y reposabrazos duros, pues si lo haces es muy probable que el cliente se quede con un muy mal recuerdo.

  3. No casa con la estética que tú deseas

    Quizás tu gusto ha cambiado, a lo mejor la decoración de tu sala de espera se ha modificado pero el mobiliario, que es lo esencial, no. También es probable que las modas y tendencias se hayan transformado (¡no permanecen igual año tras año!).

  4. Te gustaría que fuese de otra manera

    No es que esté pasado de moda o viejo, es que una vez has hecho el equipamiento y ves el encaje real de las piezas, no te convence el resultado final. Te animamos a que te dejes guiar por un profesional, ya que es la forma de asegurarte de que no vuelves a cometer el mismo error.

  5. Envidias las zonas de espera que ves en Internet de otras oficinas

    A todos nos pasa. En la red puedes encontrar un montón de páginas con fotografías increíbles de oficinas, no solo las típicas de Google u otras americanas, que casi parecen de ensueño, sino con espacios de trabajo “normales” que podrías aplicar a tu caso particular.
    Pues deberías saber que sí que es posible.

  6. Tus invitados (y empleados) la critican

    No siempre por lo alto. Pero los rumores llegan a tus oídos. Quizás tus ojos no lo vean, pero los de los empleados e invitados sí, por tanto no deberías tomarte este rumor como algo negativo, sino como un motivo más por el que deberías renovar la sala de recepción y como una excusa para ponerte a ello cuanto antes.

  7. Ya nadie se para ahí ni se siente a gusto en ese espacio

    En las horas de descanso, en el almuerzo… nadie se sienta en el sofá que compraste con tanto cariño y anhelo (hace 10 años). Antes solía ser un lugar de encuentro y en el que tanto empleados como clientes disfrutaban y se sentían a gusto. Hoy cualquiera de ellos evita sentarse en él, pues el diseño, la estética y la presencia no le invitan a sentarse ni a sentirse a gusto.

¿Crees que estas señales son las únicas o podrías añadir alguna más que te haga saber, de forma directa o indirecta, que ya ha llegado la hora de renovar tu sala de espera?

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